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FERNANDO CRUZ KRONFLY (buga)

Novelista, ensayista y docente. Doctor Honoris Causa en Literatura por la Universidad del Valle. Algunas de sus obras son: Falleba (Novela); La ceniza del Libertador (Novela); La ceremonia de la soledad (Novela);  La caravana de Gardel (Novela);  y La vida secreta de los perros infieles (Novela).

 

La vida secreta de los perros infieles

(fragmento)

 

Sin saber qué decir ni qué rumbo tomar, Uldarico contempla su bigote en la mesa de noche. A un lado del peluche los anteojos ahumados y más allá el estuche de cocodrilo donde Manzana Tucupita había decidido ocultar el misterio. Estaba en desarrollo la historia de una pasión al revés que empezó como una distracción pasajera en el octubre salado de hace apenas un año, pero que por su intensidad demandaba ahora especiales precauciones. A Uldarico le chilla la cabeza y escucha quejidos en el bosque invisible. Ningún detalle podría descuidar, ningún hilo dejar por fuera de la trama secreta.

 

De repente Uldarico le dirige un reojo a su chica, que sonríe ante los poderes que se arroga el disfraz. Manzana Tucupita jura que lo comprende como a un niño que se ha precipitado en el abismo de sus últimas picardías, asunto del que ella misma engulle en su disposición de mujer que ya todo lo dio y debe volver a empezar. Tal para cual. De costado, a veces de espaldas, de frente, con profundo compromiso de manos y pies: una maromera. Así le ha venido gustando a los dos. Pero ahora lo peor ha sucedido y él vuelve a escuchar los quejidos del bosque, la campana en la estación abandonada de los trenes, el chaschás de la locomotora en la última pendiente de la cordillera.

 

Uldarico debió despojarse de aquel aderezo al entrar a la cueva. Y tendrá que colgárselo otra vez durante su viaje de regreso por la autopista. Esto será después de marchar a la ducha, donde entonará pedazos de canciones de su último repertorio. Se lavará con agua sencilla, lo más a distancia que pueda de la barrita de jabón ofrecida a los clientes. Uldarico sabe que no puede regresar a casa en el estado de ruina en que ha quedado. Comprende que no debe volver perfumando a sospecha. Hace un par de horas temblaba de pasión. Ahora, lo hace de pavor.

 

Fernando Cruz Kronfly.

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