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manuel giraldo magil (Líbano)

Novelista. Autor de Conciertos del desconcierto (Premio Plaza y Janes, 1982); Colombia: Una salida democrática al conflicto; Más de noche y otras apariciones;  e Iluminados, entre otros. Es colaborador del periódico Le Monde Diplomatique.

 

 

 

Teatro en Colombia: Lo comercial y lo alternativo

(Fragmento)

 

 

Por unos días se ha vivido la intemporalidad de Bogotá, como si a través de la actividad cultural la ciudad hubiera retornado a la década de los setenta del siglo XX, años durante los cuales el movimiento teatral colombiano bullía en su interior y dio origen a los Festivales Nacionales del Nuevo Teatro, ante la necesidad de que los grupos tuvieran la posibilidad de dar a conocer sus obras. La diferencia está en que las contradicciones se han acentuado con los años, y el deslinde del movimiento teatral colombiano con respecto al Establecimiento es más significativo, pues la mayoría de grupos optaron por un teatro artístico, mientras que el teatro comercial es cada vez más espectáculo y menos teatro, con contadas excepciones, aunque son este tipo de propuestas las que reciben un total apoyo del Gobierno y de la empresa privada. El Teatro Nacional y el Festival "¿Iberoamericano de Teatro?" de Bogotá, los promotores de este tipo de espectáculos manejan un presupuesto nada despreciable de doce mil millones de pesos, y la mayor parte de su programación son espectáculos costosos, sin embargo, el público bogotano respondió masivamente y llenó los grandes teatros; las entradas para algunos espectáculos se agotaron, y el poco teatro callejero o no convencional también llenó plazas y parques, aunque la mayor parte de la programación se desarrolló en Ciudad Teatro, una invención comercial en la que se paga por entrar simplemente a las instalaciones de Corferias para ver pasacalles y comparsas, luego se volvía a pagar si se quería ver espectáculos en recintos cerrados. En el Festival Iberoamericano se paga hasta por respirar y sólo existe una relación comercial con el público, no se puede hablar de encuentro entre los grupos participantes, y la mezquindad de los organizadores se refleja en hechos tan simples como negar invitaciones a periodistas y citarlos a ensayos de diez o quince minutos, después de una hora de espera. También es de señalar las deficiencias técnicas que tuvo por ejemplo La pasión según San Mateo, cuando Diego "el Cigala" estuvo a punto de cancelar su actuación por causa del mal sonido. Del poco teatro colombiano que hubo en el "Iberoamericano", es de resaltar el grupo Ensamblaje, con el espectáculo Desplazados, dirigido por Misael Torres, un teatrero ex actor del teatro La Mama, uno de los grupos históricos del teatro colombiano que participó en este festival.

 

Manuel Giraldo Magil.

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